A la mier… la música
actual, lo mío es la electrónica.
Desde hace tiempo, más o menos de la época del surgir del
CD, la música electrónica ha pasado por muchísimas manos y creadores. Estamos
hablando de casi dos décadas y aun la sigo escuchando. Soy de las pocas
personas en este mundo que siendo heterosexual (sin discriminar nadie que le
guste la filosofía de aquella hermosa ex reina de belleza que afloró la
igualdad de seres con hombre con hombre, mujer con mujer) y que encuentra en su
música la energía que aun transmite sin fomentar una degeneración social
explícita. Para muchos otros quizás no sea de su agrado, pues hallan en el rock
la forma de desahogar sus energías y sus ideas, y también lo comparto, pero
estas líneas no son acerca de este género, no señor.
A un compás repetitivo que hace mover las cabezas como si se
estuviera llamando a alguien o simplemente contándolas, este género musical ha
salido de tantas fusiones e infusiones, de tantos experimentos musicales que ya
se pierde la cuenta de los géneros que le dieron comienzo a esta música. Pero
prevalece con una intensidad desbordante al punto que en cualquier discoteca,
rumba, o fiesta en algún momento se va a escuchar algo de electrónica. Y no por
su repetición, sino porque la música es tan mágica que se hace sincronizar las
pulsaciones de tu corazón y permite una circulación más álgida de la sangre.
Sin barbitúricos, sin estimulantes, es ir a 120 km/h cuando realmente se va a
10 km/h. No niego que escucho vallenato, bailo salsa y me disfruto el merengue,
pero cuando empiezan a incursionar lentamente el compás de una música
clandestina, de un movimiento estrambótico de luces o simplemente el cerrar los
ojos y dejar que la descarga musical se meta por tus venas, dejo todo a un lado
y la música pasa de ser un camino a ser una expresión.
Y es que este arte de producir esta música es un trabajo
también que mueve masas por doquier. He escuchado que no les gusta, que no les
interesa, pero la electrónica no es sólo chis pum chis pum chis pum chis chis
chis, es también el uso de mejoras digitales, limpieza de sonidos que hasta los
cantantes de vallenato o de cualquier género no pueden vivir sin ellos, es como
un Photoshop auditivo. Pero lo mío no es la digitalización lo mío es el
escuchar y sentir la música, de comprobar hasta donde por medio de tonalidades
y mezclas los sentimientos van entrelazándose y formándose en un solo ser: YO.
Electrónica vs. Reggaetón
¡Qué profanación estoy haciendo! ¡Esto es pelea de tigre con
burro amarrado! Pero en fin, las diferencias son muchas, empezando por los
atuendos, la forma de ver el mundo, tantas cosas… Pero cada quien con sus gustos.
¿Qué es lo bueno del reggaetón? Que es en español, si se le puede llamar así.
Un español a veces erótico, a veces vulgar, a veces pornográfico, a veces
romántico (¿Realmente lo hay?) Mientras
que en el mundo electrónico está un lema muy hippie que prevalece aun después
de tanto tiempo: Paz y Amor, algo que no ocurre con el otro género en cuestión.
A pesar de sus ritmos parecidos, los dos van por caminos diferentes siendo uno
que busca estar siempre con las manos arribas, el otro con las manos ocupadas
(el que lo entendió lo entendió). La
euforia es un estado permanente al transcurrir las mezclas, el movimiento de
saltos, de permitir que el cuerpo baile libremente y sin tapujos hacen que sea
tan saludable como estimulante, mucho más que estar deseando algo que quizás en
esa noche será de él/ella.
LA ODA A LA
ELECTRÓNICA
Quiero terminar mi pequeña y grosa intervención con lo
siguiente:
Música sin letras,
Que creas sin razón el mensaje de tu ritmo
Inyectando fuerza, energía y libertad en mi mente
Sólo tú has conseguido que la mente se conecte
Viajando a la velocidad de la luz
Entre bits y bajos, entre acrílicos y tornamesas
No abandones a quien fielmente ha servido
A la alegría de tu grandeza, a las gotas caídas de un cuerpo
que no se cansa
Electrónica, ritmos clandestinos y globales
Masas de seres humanos hacen de ti la mejor descarga
Y la expresión de una sola voz: LOOOOOVEEEEEEEEEE
JORGE ANGEL BAUTISTA
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