jueves, 29 de marzo de 2012

THE DIVIDE/ THE FALLOUT - LA DIVISIÓN (2001)



Sinopsis

Thriller post-apocalíptico que empieza con una pandemia y una caótica carrera hacia el sótano de un edificio de apartamentos en Nueva York justo antes de que afuera la ciudad se vea diezmada. Cuando una explosión catastrófica arrasa Nuevo York, 8 extraños se guarecen en el sótano de un edificio, un refugio nuclear diseñado por el paranoico encargado Mickey. El lugar tiene apenas espacio con 3 habitaciones conectadas, pero tiene reservas de alimentos y agua, y al menos el grupo está a salvo de los horrores del exterior. Así que se asientan e intentan comprender la catástrofe que ha terminado con sus vidas cotidianas que tanto amaban.

Pero de repente, unos hombres con trajes de protección anticontaminación asaltan el refugio abriendo fuego. El grupo une fuerzas para enfrentarse a ellos sin saber que buscan y el motivo de tan despiadada incursión. Con muertos en ambos bandos, los asaltantes se retiran momentáneamente, aunque lo peor aún está por llegar. El miedo a la radiación, los alimentos que empiezan a menguar y la sensación de claustrofobia empiezan a hacer mella en sus mentes, mientras que la joven y guapa Eva tiene otras preocupaciones más inmediatas. Su prometido Sam, no es precisamente el más fuerte entre los presentes, que se van volviendo lentamente desesperados y violentos animales de rapiña. Cuando la tensión llega a su punto álgido, Sam se ve impotente de proteger a Eva, la cual deberá depender de su ingenio para salvarse en un estremecedor acto final. 


(Sinopsis e imagen tomada de: http://www.cuevana.tv)


MI CRÍTICA: Si bien es cierto que es algo lenta, la verdad me gustó la trama de la historia, es cautivante, te mantiene en suspenso y puede ser desde la perspectiva social, un claro ejemplo de la corrupción del ser humano en su máxima expresión cuando se tiene el poder y cuando no hay unas leyes que regulen al hombre. La posibilidad de supervivencia en este caso fue de la más fuerte mentalmente quien aprovechó el momento exacto y preciso que marcó su punto entra la "vida" y la muerte. Final impactante y que deja abierta la pregunta o la intriga de lo qué podría pasar si al Medio Oriente le da por despertar mágicamente en una toma nuclear a U.S. 3 a 4 estrellas. 122 minutos.

miércoles, 21 de marzo de 2012

CUENTOS BREVES / SHORT STORIES


DOCE HORAS

Son las 5:00 p.m. y es el momento preciso para el café que indica un día finalizado. Han pasado muchas cosas desde que me levanté y ahora que lo pienso no soy la misma de cuando esta mañana el primer rayo de Sol se filtró por entre la cortina de mi habitación. Un pequeño tinto fue quien me dijo “buenos días” mientras recogía del suelo el periódico con las noticias del mundo exterior. Pensé: ¿Para qué se sigue utilizando este medio tan anticuado si las puedo leer por internet? Así que lo coloco encima de la mesa que hace de comedor y que carga unas frutas que esperan su momento para una orgía frutal, esa mezcla única donde pedacitos de una están con la otra, se acompañan, se entregan, se huelen, se piensan, se acarician. Todo ocurrirá cuando sea el tiempo, por ahora, miro el reloj del computador, mi compañero inseparable y segundo más fiel que mi perro Fito, quien a propósito debo sacar a pasear y descubro la hora 5:15 a.m. Con todo esto en mi cabeza, más los parciales de la universidad encima, mi novio molestando al otro lado de la línea, “¡Dios! ¡Que se vaya a trabajar rápido!”, me rió de lo que se me pasó por la cabeza y dejo el vasito del tinto en el lavaplatos. Paso tan rápido como mi sueño y mi conexión con la realidad me dejan hacia mi habitación y busco la ropa deportiva para salir a trotar. 5:30 a.m. y ya tengo listo a Fito con su correa, meneando su peluda cola en la puerta que me conecta con la gris realidad. Sé que si lo pienso no salgo a trotar y me quedo dormida, así que salgo sin pensarlo dos veces, ya vestida y lista, le pongo la correa a mi compañero de ejercicio, abrimos y cerramos la puerta y vamos rumbo a la calle.
Son las 6:00 a.m. y nos encontramos en el parque trotando, dándole monótonas vueltas a esa cancha sintética que ha sido testiga de derrotas y victorias de guerreros deportivos. Noto que la cancha está un poco envejecida pero pienso que es un efecto de luz y sigo trotando hasta las 7:00 a.m. y es cuando mi reloj  así me lo indica.
Tanto Fito como yo terminamos nuestra rutina de trote sin problemas cuando un escalofrío pasa por mi espalda en un instante. “Pareciera que alguien me observa, mejor nos vamos”, esa mente tan ágil y rápida siempre sacándome de problemas le envió un mensaje previo a mi cuerpo y cuando caí otra vez en cuenta ya estaba subiendo las escaleras hacia mi apartamento. Noté que las escaleras estaban algo diferente y no presté atención pues todavía seguía atemorizada por ese sentimiento de persecución que sentí allá afuera. Después de ingresar a mi apartamento, seguí con mi rutina normal, las frutas hicieron de las suyas en el envase, desayuné e hice el resto de menesteres diarios que corresponden previos a irme hacia la universidad. Tengo que confesar que noté el aire un poco pesado junto con ese sentimiento de miedo pero no había prestado mucha atención a eso. Le dejo comida a mi perro y finalmente antes de irme, miro nuevamente el reloj: 8 y 30, es la hora perfecta para llegar a clase de nueve. Recojo mi computador personal mi maleta y me aseguro que todo quede bien y en su orden… “¡Cómo extraño ver a las frutas en su canasta, tan inocentes pero seguras de su destino!” Y con ese pensamiento nostálgico, ya estoy nuevamente afuera, en la gris realidad que lo único que le daba color ahora se encontraba oculto, y estaba vez las nubes era más grises que de costumbre. “Es probable que llueva, menos mal tengo sombrilla en el carro sólo por si acaso” y así, ingreso en él.
Me doy cuenta al irme de ahí que todo se siente más extraño, y mientras pienso eso voy manejando por la ruta acostumbrada. Al ingresar a la universidad, no piden el carné ni me saludan como comúnmente lo hacían, sólo ingreso y dejo mi carro en el puesto correspondiente. Nuevamente pasa ese escalofrío por mi espalda, “alguien me sigue” se me vuelve a pasar por la mente y rápidamente entro a clases. Me doy cuenta que soy la única y ni mis amigas ni nadie están por ahí, las llamo y nadie responde todos  los números suenan “Sistema Correo de Voz”, así que a cada una les dejé un mensaje y me siento a esperar en la cafetería a que llegue la siguiente clase.
“¿Por qué nadie me mira ni me saluda? ¿Acaso estoy mal vestida o que pasó?”  Y mientras estoy divagando veo al final de la cafetería, en una mesa que nunca me gustó a un niño que me observa fijamente, cómo si él me conociera. Es una mirada tenebrosa, así que no lo miro más y cuando subo nuevamente la cabeza, él ya no se encontraba allí. “Y saber que me toca clase hasta las 12” y con ese pensamiento decidí irme a la biblioteca. Allá me quedé estudiando algunos apuntes que tenía del día anterior y me detuve otro momento para pensar: “Acá está más frío que de costumbre, no hay casi gente y los pocos que hay es como si estuvieran aburridos, ¿qué sucederá?” De repente una parte de mí me dice que salga corriendo de ese lugar, que me dirija nuevamente a la cafetería y que busque al niño, a lo mejor tiene algo que ver en esto.
Con esa búsqueda tan incesante olvidé que tenía clase de 12 y para cuando miré mi reloj ya eran las dos de la tarde. El clima no era el mejor, seguía tan gris y lúgubre que no podía estar feliz y sin saber entré en angustia, la ansiedad me corría por la sangre, cerré un momento los ojos y cuando los volví a abrir allí estaba, el niño de ojos negros y mirada escabrosa, siniestra, tenebrosa, estaba ¡AL FRENTE MÍO! Me tomó de la mano y me llevó hacia un sitio donde estaba justamente el periódico que no había visto en la mañana por estar pensando en otras cosas; y en él, se leía el titular: “TERREMOTO ARRASA CON UNA CIUDAD ENTERA”. Un sentimiento de tristeza y agobio me entró de repente en el corazón, mis sentimientos se entrecruzaron y mis ojos enfocaron terriblemente la imagen de la primera plana: La foto mostraba mi edificio en ruinas. Abrí estrepitosamente mis ojos, anonada y sin más que decir miré a ese niño que con tristeza me había dado la espalda y emprendió su camino, perdiéndose en la esquina del bloque A.
Miro el reloj y ya son las 4 de la tarde, no debo porqué estar más en la universidad y horrorizada me voy hacia mi carro y tan pronto como me es posible salgo del alma mater hacia mi hogar, no puedo creer lo del terremoto, no puedo creer que todo haya pasado de un día para otro y yo esté viva que haya trotado, desayunado, haber hecho tantas cosas y luego pasarme esto, tengo que estar segura. Así que cuando llego donde vivo, nada está como estaba esta mañana cuando troté con Fito y mientras observaba no me di cuenta que había alguien en la vía, intento frenar y… ¿Lo atravesé como si nada? Freno, me bajo y trato de ir hacia esa persona, su uniforme me muestra que es de la Cruz Roja, lo intento tocar y no puedo, veo a mis vecinos en la distancia y todos lloran. Al parecer soy la última que me entero de lo sucedido. Observó mi reloj nuevamente y veo que son las 5:00 p.m. y es la hora del café. Un suspiro, cierro mis ojos, los abro y estoy en mi apartamento, con un tinto en la mano y mirando hacia el horizonte, agacho mi cabeza y llego a la escabrosa conclusión: Estoy muerta.
SHELIDETH FERNÁNDEZ

miércoles, 14 de marzo de 2012

MUSIC


LO ENCONTRÉ MOLESTANDO POR YOUTUBE, ESPERO LES GUSTE :D
VÍDEO DE LA SEMANA




ACÁ DEJO EL VÍDEO DE ESTA SEMANA: LMFAO - SORRY FOR PARTY ROCKING

Short Stories / Cuentos Breves


Corría y corría sin descansar, crucé rápidamente la calle sin mirar hacia los costados y de pronto una luz me percató que había cometido el error más grande de mi vida. Era un automóvil blanco, sin placas, último modelo, tenía unos vidrios polarizados negros y frenó frente a mí. Aún más aterrorizado quise correr y sentí algo que me golpeó fuertemente la espalda.  Fueron mis últimos momentos como ser humano, o bueno, si era eso a lo que podía llamar vida de humano. Recuerdo sus gafas oscuras, una piel semitransparente y tenían una delgada línea que simulaba ser su boca. Altos, delgados y se notaba a leguas que no eran de este lugar, unos vestidos oscuros que los hacía parecer humanos y olían… No recuerdo bien, pero se camuflaban en una especie de esencia barata. Detenido completamente, traté una vez más de correr pero mientras pensaba esto, la ventana del copiloto descendió rápidamente y de allí una mano alargada y casi gris con una especie de aparato fue lanzado hacia mí. Recuerdo que era como un led rojo dirigido hacia mí. Traté de esquivarlo pero era demasiado tarde, aparecieron de repente unos tentáculos luminosos que me sujetaron fuertemente casi hasta el asfixio. Antes de quedar inconsciente, sus palabras en mi mente aparecieron diciéndome al unísono: “Te dejaremos libre ‘humano’, pero todavía no es tu tiempo, aún no estás listo”. Y fue cuando mis ojos se cerraron.
Al despertar, me di cuenta que estaba en el mismo lugar de donde me había ido, pero al fondo, había algo que me dejó asombrado: La Tierra en todo su esplendor se divisaba y a su derecha se encontraba la Luna. - Esto no está nada bien – pensé, - Debo intentar nuevamente soltarme de… - mi pensamiento titubeó un instante al darme cuenta que no había nada más que una máquina sosteniendo mi cabeza. – ¡Mi Cuerpo! - grité. - ¿Dónde está mi cuerpo?- Miré desesperadamente donde estaba y sólo encontré mesas vacías, cuerpos de animales mutilados y un silencio sepulcral profanado por mi grito. De repente, una voz gruesa, de ultratumba, como si fuera el bramido del viento cuando se filtran en las ventanas, como el bramido de un toro exclamó: “¡Humano!, has sido traído aquí para contemplar el fin de tu raza y el comienzo de una nueva”, y continuó: “Has sido un problema para ‘nosotros’ pero nos hemos encargado ya de tu cuerpo, como lo habrás notado”.  - ¿Por qué?, ¿Por qué a mí? ¡Déjenme ir! – Con una risa irónica, fingida y muy metálica me respondió: “¡JA JA JA! ¡Sabemos que quieres volver a tu ‘hogar’ si se le puede llamar así, y lo harás, pero tú serás su perdición!”. Hubo silencio. Estaba frío y completamente indefenso, a completa merced de su tecnología y sus aberraciones. De pronto, una luz me cegó completamente, sólo escuchaba respiraciones por donde me encontraba y sin más, desperté escribiendo esto.  Así empezó todo.
Shelideth Fernández 

Estrenando Blog

¡BIENVENID@S!

Así que por fin encontré el sitio perfecto para liberar esa parte de mí que se encuentra frustrada y espero que todos aquellos que me lean, me conozcan o los que no apoyen esta iniciativa... Desde hacía mucho quería tener algo free donde poder escribir sin poderle hacer daño a nadie, tantas ideas idas y no correspondidas por las letras, pero esperando que las venideras ya tengan su espacio acá.

No espero ser un académico o letrado en las cosas que publique pero si de ayuda o sano esparcimiento en el anonimato del mundo virtual que nos rodea.

Así que siéntase usted también a gusto de comentar, debatir, crear, compartir, escribir y leer sin problemas ni prejuicios, que esto sólo es el comienzo.